Si la suerte nos sonríe y el sorteo de Navidad nos deja al menos un buen pellizco, la reforma de la vivienda puede ser una buena inversión con vistas a aumentar su valor para una posible venta o alquiler. A medio y largo plazo, las obras pueden resultar muy rentables para quien se embarque en la siempre perezosa y complicada tarea de poner una casa patas arriba.

Según los datos de la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), una reforma integral de una vienda -que tiene un coste de alrededor de 50.000 euros de media para un piso tipo de 90 metros cuadrados- puede revalorizar una vivienda del orden de un 20%

Rehabilitar las principales zonas comunes de un edificio también es una decisión rentable, ya que podría abaratar la factura energética en 1.500 euros al año, según datos de Rehare (Agencia para la Rehabilitación de Edificios) recogidos por Danosa, compañía especializada en soluciones integrales para la construcción sostenible y mejora de la habitabilidad.Estas reformas pueden reducir el gasto en calefacción y refrigeración hasta en un 70%