Puedes reformar tu casa de arriba a abajo por mucho menos dinero de lo que te costaría comprar una casa nueva. Y más ahora, pues los costes de la construcción han bajado, y las ayudas y beneficios fiscales para la reforma de vivienda han aumentado.

1. Busca profesionales acreditados y con referencias

Aún cuando sea una pequeña reforma, busca profesionales acreditados e, idealmente, con referencias. Es importante que además cuenten con un seguro de responsabilidad civil profesional que les cubra en caso de accidente. Tú, por tu parte, comprueba que tienes un seguro del hogar que cubra los posibles daños que se pudiesen producir en la vivienda y en la comunidad de vecinos.

Pide siempre que te facturen con IVA. Así podrás deducirte por las obras, solicitar ayudas públicas y, lo más importante, reclamar si la reforma se terminó mal.

2. Solicita varios presupuestos y huye de los «manitas».

Una vez tengas clara la reforma, pide varios presupuestos. Solicita que estén detallados por partidas (albañilería, electricidad, fontanería…) y que especifiquen la calidad de los materiales a utilizar. Así podrás compararlos punto por punto y negociar la rebaja de algún apartado concreto.

Respecto a los materiales de la reforma, salvo que tengas la posibilidad de obtenerlos a buen precio, déjalo en manos del profesional, ya que puede obtener importantes descuentos de los proveedores.

Y no lo dudes, huye de los precios asombrosamente baratos y de aquellos que hacen «de todo». Al principio pensarás que has encontrado una ganga pero tardarás poco en darte cuenta de los problemas que te van a surgir, vicios ocultos, malos acabados, renegociaciones a mitad de obra etc…  Nadie da duros a pesetas!!!  

No lo dudes, huye de los precios asombrosamente baratos y de aquellos que hacen «de todo», ¡no acabará bien!

3. Fija, por escrito, una fecha de finalización

Una vez seleccionado un presupuesto, inclúyelo como anexo en el contrato de obras. Es vital que este contrato fije una fecha de finalización de la reforma, superada la cual el profesional deberá pagar una penalización (por ejemplo, 60 euros por día de retraso).

Es habitual pagar una entrada que cubra la compra de los materiales, pero no debería superar el 50% del presupuesto total. Asocia el resto de los pagos a la realización de determinadas obras: albañilería, fontanería… Y deja siempre una cantidad pendiente para el final de la reforma.

4. Avisa a tus vecinos

Si la reforma es importante tendrás que pedir permiso a la Comunidad. Y necesitarás su apoyo unánime cuando las obras afecten a la estructura del inmueble (muros de carga), a la fachada o a los elementos comunes; así como cuando se produce una segregación de la vivienda buscando efectos jurídicos.

Recuerda también la «Ley de propiedad horizontal». Viene a decir que aunque tú seas el dueño de tu terraza, o cualquier elemento exterior de una vivienda, cualquier variación sustancial debe pasar primero por la Comunidad de vecinos. Cambio de color de la pintura, instalar nuevos cerramientos o ventanas, etc…

Si la reforma es de pequeña entidad (pintar, cambiar las ventanas…) no es preciso pedir permiso a la comunidad. Pero conviene avisar a los vecinos que comparten pared sobre el horario y los plazos de las obras. Tampoco está de más dejarles un número de teléfono por si se produce algún incidente.

5. ¿Necesitas una licencia?

Hay reformas que precisan de una licencia de obra mayor, en cuyo caso hay que presentar en el Ayuntamiento un proyecto firmado por un arquitecto. Nos referimos a obras que afecten a la estructura del inmueble (muros de carga), a la fachada o a los elementos comunes; así como las que amplíen el volumen del inmueble o impliquen un cambio de uso (un piso que se transforma en un local, por ejemplo).

El resto de las reformas se consideran de obra menor. Algunas pueden precisar de una licencia de obra menor o, simplemente, de un acto comunicado. Infórmate en tu Ayuntamiento.

Este trámite también se lo puedes encargar a la empresa que contrates para realizar la obra.

 

6. Pide ayudas en tu Comunidad Autónoma

Pueden cubrir un porcentaje del presupuesto, son las concedidas por el Ministerio de Fomento y las Comunidades Autónomas para reformas que:

  • Eliminen barreras arquitectónicas.
  • Contribuyan a ampliar la superficie útil.
  • Mejoren el aislamiento térmico y acústico.
  • Promuevan la eficiencia energética.
  • Renueven las instalaciones de agua, gas y electricidad y favorezcan el ahorro.

Infórmate de los detalles en la Consejería de Vivienda de su Comunidad Autónoma (deberás solicitarlas antes de empezar la obra).

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